Aproximadamente a las 7 de la mañana nos reunimos en la puerta del Colegio Salesiano para emprender el viaje tempranito hacia La Silleta y luego caminar desde ahí hacia Villa María.
Como en toda misión, grande o pequeña, a primera hora visitamos las casas divididos en patrullas y al regreso compartimos lo vivido en un almuerzo comunitario en el que la alegría reinó junto a las ansias de comenzar el oratorio de la tarde con los pequeños.
Al rededor de las 3 de la tarde comenzó la ronda de cantos y los juegos preparados por los chicos de Animación siguiendo luego con la catequesis característica del oratorio. Mediante una obra de teatro realizada por los chicos de Liturgia, se representó una escena simple pero profunda para los niños en la que la enseñanza fue que María siempre nos lleva de la mano hacia Jesús a pesar de las caídas y las equivocaciones.
Finalmente misioneros y niños tomados de la mano rezamos un Ave María a la Virgen agradeciendo el día compartido y preparándonos para el regreso a casa.
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