Fue una tarde divertida y de mucho trabajo. Gracias a Dios estuvimos casi todos presentes y pudimos trabajar en equipo, separando ropa de invierno y verano, de grandes y chicos armando asi las grandes bolsas de ropa.
Recordamos como familia el hecho de que la misión comienza desde el momento en que nace el sueño de concretarla.
La semana pasada fuimos a tocar puertas para pedir colaboración a las familias que puedan ayudarnos con sus donaciones y Bendito Dios que nos ayudaron y mucho.
Por eso este sábado tuvimos tres mesas colmadas de abrigos, remeras, pantalones, juguetes y calzados entre otras cosas que fuimos clasificando.
Ahora nos queda esta semana para seguir con la labor de premisión, separando donaciones, preparando el oratorio, la catequesis y todo lo necesario para que todo salga como solo El la sueña
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